lunes, 25 de junio de 2007

El firmamento está estrellado y claro
como hacía mucho tiempo no lo estaba,
la luna es inmensa y su resplandor
alumbra el camino que decidimos andar esta noche.

Solos la noche, tú y yo
mi corazón palpita como cuando está por llegar algo nuevo
me detengo, me pongo de frent a tí;
mis pupilas se dilatan como cuando lo hacen en la oscuridad,
aunque la luna está en su resplandor total
no logro observarte bien,
acaricio tu rostro y lo escudriño de manera precisa
para no olvidarlo nunca;sé que no te vas,
pero cuando cierre los ojos te quiero presente ahí,
con mi otra mano tomo con fuerza la tuya
y la llevo de lado donde se encuentra mi corazón.

Solos la noche, tú y yo,
tú acaricias mi rostro con la mano que logré dejarte libre
como un gesto de amor te acercas y das un beso a mi frente,
acto seguido te aproximas a mi oído
con voz tenue, pero con seguridad susurras:
Te amo...
tiemblo
te abrazo
te pido que no bajemos del cielo
que aquí nos encontramos bien.
La oscuridad se hace inmensa y sólo puedo observar tu belleza.

Ahora logro ver ese brillo en tus ojos
me siento como nunca antes
(te miro y tiemblo)
me acerco a tu oído y de igual modo
(con voz temblorosa por la emoción)
te digo:
Te amo
solos la noche, tú y yo,
y esta noche como testigo de nuestro amor.